Llevamos siglos combatiendo la «brutalidad» de todo tipo, brutalidad de los padres, brutalidad de los esposos, butalidad de los militares, brutalidad de los policías…
Está llegando la hora del fin de la brutalidad policial, ya no admitida por la sociedad. Pero ¿cuando la sociedad dejará de admitir a la Policía, a toda policía, incluyendo a lo no-brutal?
Tendremos progenitores no-brutales que colonizarán casi por completo la subjetividad de sus hijos, compañeros extraordinariamente pacíficos que controlarán de un modo suave a sus parejas, soldados que ayudarán a la ciudadanía a superar catástrofes y penurias, policías amistosos y cercanos que ya no nos darán miedo porque la represión la estaremos ejerciendo por nuestra cuenta, contra nosotros mismos y contra los demás. El mundo se va a llenar de policías no-brutales.
Adviene, al fin, el «Capitalismo de Rostro Humano», el Dulce Leviatán demofascista. Se basa, por un lado, en la domesticación de la protesta, porque «protesta domesticada» es la que hoy nos entusiasma y se organiza en contra de los policías embrutecidos, anacrónicos y disfuncionales. Me emocionan esas manifestaciones y me deprime que no vayan un pasa más allá: ¡cero Policía, cero Capital y cero Estado!
Se funda también, por otro lado, en una aceptación del fondo de la axiomática capitalista, propia de la ciudadanía global, y en una sistematización completa de la vida de las personas, en una robotización progresiva de la experiencia humana.
by grupo cuerpo sin órganos:
El discurso público ha encuadrado lo de George Floyd en el debate del racismo en los cuerpos policiales. El argumento central de la protesta es que mataron a Floyd por ser negro (hay asesinatos racistas, pero no todo puede ser reducido a ello con tanta facilidad sin cuestionar otras variables de poder) cuando lo cierto es que lo que más pesa en este caso, es que lo mataron porque quien le pisaba el cuello era policía. No hay un cuestionamiento de la represión, de la autoridad y todo lo que ello conlleva, sólo se utiliza un argumento «antiracista» que resulta ser racista. Te matan por tu raza, no porque quien lo hace ostenta el poder para hacerlo. Hoy ya sabemos que los cuerpos represivos estadounidenses son los más heterogeneos en términos étnicos, al igual que el ejército, donde, por cierto, existen mandos militares negros.
Cuando ves a manifestantes intentando dialogar con la policía, porque supuestamente hay policías buenos, te das cuenta que en el fondo no se está cuestionando la existencia de semejante institución, que de por cierto, en su génesis histórica en el Imperio, siempre ha sido racista.
La cuestión es, que si solo te paras a apuntar con el dedo el racismo, sin analizar ni cuestionar a las instituciones que existen para mantenerlo, seguiremos cayendo en el progresismo de siempre que aceita la máquina, que garantiza la permanencia misma de aquellas instituciones cada vez más sonrientes y nobles con el pasar del tiempo, enmascaradas bajo la inclusión y la tolerancia.
HASTA QUE TODO ARDA