Díptico a propósito de la denominada «Ley Hinzpeter»

“Quien dice ley, dice limitación; quien dice limitación, dice falta de libertad. Esto es axiomático. Los que fían a la reforma de las leyes el mejoramiento de la vida y pretenden por ese medio un aumento de libertad carecen de lógica o mienten lo que no creen. Porque una ley nueva destruye otra ley vieja. Destruye pues, unos límites viejos, pero crea otros límites nuevos. Y así, las leyes son siempre traba al libre desenvolvimiento de las actividades, de las ideas y de los sentimientos humanos. Es por tanto, un error, tan generalizado como se quiera, pero error al fin, la creencia de que la ley es garantía de la libertad. No, es y será siempre su limitación que es como decir su negación.” Ricardo Mella (1861-1925), periodista anarquista. La Inutilidad de las leyes, Acción Libertaria nº5, octubre de 1910.

En la larga historia de la lucha de clases, los opresores – en su intento de disminuir las expresiones de rebeldía entre los oprimidos – han ejecutado campañas de criminalización contra la organización y lucha de los explotados, esto le ha justificado al poder generar leyes represivas para aplastar todo tipo de desobediencia e insurrección social. En la actualidad, la historia se vuelve a repetir, ya que a raíz del contexto de agitación social y lucha callejera que se vivió el 2011 a causa de las movilizaciones estudiantiles en la región chilena; el Estado, encabezado por el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter ha impulsado la llamada “Ley de resguardo del orden publico” o como se le denominó por la protesta social; “Ley Hinzpeter”. Dicho proyecto de Ley pretende ser la respuesta ofensiva a los encapuchados, a los cortes de calles, a las tomas y a otras formas con las que los oprimidos nos defendemos y atacamos, buscando con ella el aumento de todas las penas que en la actualidad la legislación chilena tiene contra dichos actos.

Es importante destacar que como libertarios y enemigos del orden autoritario y capitalista actual, nos oponemos a todas las leyes, sean a favor (¿es posible?) o en contra de nuestra lucha, porque la historia nos demuestra que desde sus orígenes, la ley siempre ha sido un invento del poder para imponer un orden desigual y represivo, buscando con ello la destrucción de la autonomía individual y colectiva. En este contexto, si la Ley Hinzpeter se aprueba, los riesgos y la represión a la protesta social serán aún mayores de lo que hoy es.