Título original: «Hurlements en faveur de Sade», (1952). Realización: Guy Debord. Producción: Films lettristes. Formato: 35 mm., B/N. Duración: 80 minutos. Estreno: La primera proyección pública tuvo lugar en el Cine-club de la vanguardia de París, el 30 de junio de 1952, donde fue interrumpida por el público. La primera proyección pública integral tuvo lugar en el Cine-club del Barrio Latino de Paris, el 13 de octubre de 1952. Hubo una pryección en Gran Bretaña en el Institute of Contemporary Arts de Londres, en junio de 1957, así como una proyección en Alemania llevada a cabo en Berlin en 1991, según su biógrafo Anselm Jappe. En esta última proyección, el escándalo estuvo a la altura del que se produjo en su estreno, casi cuarenta años después.
Traducción cedida por José Antonio Sarmiento aparecida en el número Uno de la revista Sin título, Taller de Ediciones, Facultad de Bellas Artes, Cuenca, 1994. Texto original: «Hurlements en faveur de Sade», Les Levres nues, nº 7, 1955. Otra versión había sido publicada en la revistaION, nº 1, 1952.
Nota de enero de 1998: Un fragmento no recogido en esta primera traducción a castellano ha sido añadido por Marcelo Expósito. La traducción íntegra aparece en el # 14/15 de la revistaBandaparte. (Valencia, Ediciones de la Mirada, 1999)
La pantalla permenecerá uniformemente blanca durante el paso de la banda sonora y negra durante los silencios. Las voces «volontairement inexpressives» corresponden a Gil J. Wolman (Voz 1), G. E. Debord (Voz 2), Serge Berna (Voz 3), Barbara Rosenthal (Voz 4), Jean Isidore Isou (Voz 5).
Voz 1: Película de Guy-Ernst Debord «Aullidos por Sade».
Voz 2: «Aullidos por Sade» está dedicada a Gil J. Wolman.
Voz 3: Artículo 115. Cuando una persona ha dejado de aparecer por su domicilio o su residencia y si después de cuatro años no se tienen noticias, las partes interesadas pueden personarse en el tribunal de primera instancia, a fin de que la ausencia sea declarada.
Voz 1: El amor sólo es válido en períodos pre-revolucionarios.
Voz 2: ¡Mientes, nadie te ama! Las artes comienzan, se expanden y desaparecen, ya que los hombres insatisfechos superan el mundo de las expresiones oficiales y las muestras de su pobreza.
Voz 4 (una joven): Dime, ¿te has acostado con Françoise?
Voz 1: ¡Qué primavera!
Manual para una historia del cine:
1902.- Viaje a la luna.
1920.- El gabinete del Doctor Caligari.
1924.- Entr’acte.
1926.- El acorazado Potemkin.
1928.- Un perro andaluz.
1931.- Luces de la ciudad.
Nacimiento de Guy-Ernst Debord.
1951.- Traité de Bave et d’Eternité.
1952.- El anticoncepto.
Aullidos por Sade.
Voz 5: «En el momento en que la proyección iba a comenzar Guy-Ernst Debord debía subir al escenario para pronunciar algunas palabras de introducción. Habría dicho simplemente:
No hay cine. El cine está muerto -no puede haber más cine- pasemos, si lo desean, al debate».
Voz 3: Artículo 516. Todos los bienes son muebles o inmuebles.
Voz 2: Para nunca más estar sólo.
Voz 1: Ella es la fealdad y la belleza.
Ella es como todo eso que hoy en día amamos.
Voz 2: Las artes futuras serán cambio de situaciones, o nada.
Voz 3: ¡En los cafés de Saint-Germain-des-Prés!
Voz 1: Sabes, me gustas mucho.
Voz 3: Un importante comando de letristas, formado por una treintena de miembros. Todos cubiertos con ese uniforme sucio que es su única señal original, llegan a la Croissette con el firme deseo de provocar un escándalo susceptible de atraer sobre ellos la atención.
Voz 1: La felicidad es una idea nueva en Europa.
Voz 5: «Sólo conozco las acciones de los hombres, pero los hombres se sustituyen los unos a los otros ante mis ojos. A fin de cuentas solo las obras nos diferencian.»
Voz 1: Y sus revueltas se vuelven conformistas.
Voz 3: Artículo 488. La mayoría de edad está fijada en los veintiún años cumplidos, a esa edad uno es capaz de todos los actos de la vida civil.
LA PANTALLA NEGRA. SILENCIO DE DOS MINUTOS
Voz 4 (una joven): Siempre recuperaba la memoria, en un deslumbramiento provocado por los fuegos de artificio del sodio al contacto con el agua.
Voz 1: Él sabía bien que nada quedaría de estos gestos en una ciudad que gira con la Tierra, y la Tierra gira en su galaxia que es una parte apenas apreciable de un islote que huye al infinito, fuera de nosotros mismos.
Voz 2: Todo en negro, los ojos cerrados por el exceso del desastre.
LA PANTALLA NEGRA. SILENCIO DE UN MINUTO
Voz 1: Está por hacer una ciencia de las situaciones, que tomará prestados sus elementos a la psicología, a la estadística, al urbanismo y a la moral. Estos elementos deberán concurrir en un objeto absolutamente novedoso: una creación consciente de situaciones.
LA PANTALLA NEGRA. SILENCIO DE TREINTA SEGUNDOS
Voz 1: Algunas líneas de un diario de 1950: «una joven vedette de la radio se tira al río Isère. Grenoble. La pequeña Madeleine Reineri, doce años y medio, que animaba bajo el seudónimo de Pirouette la emisión radiofónica Beaux Jeudis, en la estación Alpes-Grenoble, se ha tirado al río Isère, el viernes al mediodía, tras depositar su cartera sobre la margen del río.»
Voz 2: Hermanita, ya no estamos en peligro. El Isère y la miseria continúan. No tenemos ningún poder.
LA PANTALLA NEGRA. SILENCIO DE UN MINUTO, TREINTA SEGUNDOS.
Voz 4 (una joven): Pero, en esta película no se habla de Sade.
Voz 1: El frío de los espacios interestelares, los miles de grados por debajo del punto de congelación o del absoluto cero Fahrenheit, centígrado o Réaumur; los primeros indicios del amanecer cercano. El paso rápido de Jacques Vaché a través del cielo de la guerra, esa urgencia extraordinaria que se encuentra en todas sus relaciones, esta prisa catastrófica que le lleva a aniquilarse; los azotes de carretero de Arthur Cravan, se entierra a esta hora en la Bahía de México…
Voz 3: Artículo 1793. Cuando un arquitecto o un empresario se encargan de la construcción de un edificio, de acuerdo con un proyecto fijado y acordado con el propietario del suelo, no puede solicitar ningún aumento del precio, ni bajo pretexto del encarecimiento de la mano de obra o de los materiales, ni bajo pretexto de los cambios o encarecimientos aplicados sobre este proyecto, si es que estos cambios o encarecimientos no han sido autorizados por escrito, y el precio acordado con el propietario.
Voz 2: La perfección del suicidio se encuentra en lo equívoco.
LA PANTALLA NEGRA. SILENCIO DE CINCO MINUTOS
Voz 2: ¿Qué es el amor único?
Voz 3: Sólo responderé en presencia de mi abogado.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE UN MINUTO
Voz 1: El orden reina y no gobierna.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE DOS MINUTOS
Voz 2: La primera maravilla es acabar delante de ella sin saber qué decirle. Las manos prisioneras no se mueven más rápidas que los caballos de carreras filmados a cámara lenta, para tocar su boca y sus senos; con plena inocencia las cuerdas se hacen agua y rodamos juntos hacia el día.
Voz 4 (una joven): Creo que no nos volveremos a ver.
Voz 2: Cerca de un beso terminarán las luces de las calles invernales.
Voz 4 (una joven): París estaba agradable debido a la huelga de transportes.
Voz 2: Jack el destripador nunca fue atrapado.
Voz 4 (una joven): El teléfono, es divertido.
Voz 2: Qué amor provocador, como decía Madame Ségur.
Voz 4 (una joven): Os contaré historias de mi país que dan mucho miedo, pero para tener miedo hay que contarlas por la noche.
Voz 2: Mi querida Ivich, los barrios chinos son desafortunadamente menos numerosos de lo que usted piensa. Usted tiene quince años. Los colores chillones un día ya no se llevarán.
Voz 4 (una joven): Ya le conocía.
Voz 2: La deriva de los continentes os aleja cada día. El bosque virgen lo es menos que usted.
Voz 4 (una joven): Guy, todavía un minuto más y será mañana.
Voz 2: El demonio de las armas. Os acordáis. Es eso. Ninguno nos satisfacía. Sin embargo… El granizo sobre los estandartes de cristal.
Se acordarán de este planeta.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE CUATRO MINUTOS
Voz 2: Y usted verá que más tarde ellos serán célebres. Nunca aceptaré la existencia, escandalosa y apenas creíble de un policía. Se han construido varias catedrales a la memoria de Serge Berna. El amor sólo es válido en períodos pre-revolucionarios. He hecho esta película mientras aún se podía hablar. Jean_isidore, para salir de esta muchedumbre provisional. En la plaza Gabriel-Pomerand cuando hayamos envejecido. Los pequeños farsantes, las futuras glorias en los programas de institutos y colegios.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE TRES MINUTOS
Voz 2: Todavía hay muchas personas a las cuales la palabra moral no les hace reir ni gritar.
Voz 3: Artículo 489. El mayor de edad que está de forma habitual en estado de imbecilidad, de demencia o de furor, debe estar inhabilitado incluso cuando ese estado presenta intervalos lúcidos.
Voz 2: Tan cerca, muy suavemente, perdido en los archipiélagos cavernosos del lenguaje. Te aplasto, abierta como el grito, así de fácil. Es un río muy caliente. Es un mar de aceite. Es un bosque en llamas.
Voz 1: ¡Esto es cine!
Voz 3: La policía parisina está armada de 30.000 porras.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE CUATRO MINUTOS
Voz 2: «Los mundos poéticos se cierran y se olvidan en sí mismos». En un extremo de la noche los marinos hacen la guerra; y los barcos de las botellas son para tí, que los amaste. Te revolcabas en la playa como en manos más amorosas que en la lluvia; el viento y el trueno se meten todas las tardes bajo tu vestido. La vida es bella en el verano de Cannes. La violación que es defendida se vulgariza en nuestros recuerdos. «Cuando estábamos en el Chattanooga». Sí. Desde luego.
Voz 1: Y sus rostros fundidos que fueron estallidos del deseo, como la tinta sobre un muro, que fueron estrellas locas. Que la ginebra, el ron y el marco se hundan como la Gran Armada. Esto para el elogio fúnebre. Pero todas esas gentes eran vulgares.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE CINCO MINUTOS
Voz 1: Nos hemos librado de una buena.
Voz 2: La buena está por ver.
La muerte será un steak tartare, y con los cabellos mojados en la playa demasiado caliente que es nuestro silencio.
Voz 1: ¡Si es judío!
Voz 2: Estamos preparados par hacer saltar todos los puentes, pero los puentes nos han hecho falta.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE CUATRO MINUTOS
Voz 1: La pequeña Madeleine Reineri, doce años y medio, que animaba bajo el seudónimo de Pironette la emisión radiofónica de Beaux Jeudis, en la estción Alpes-Grenoble, se tiró en el Isère.
Voz 2: Señorita Reineri del barrio de Europa, tiene usted todavía el rostro sorprendido y ese cuerpo, la mejor de las tierras prometidas. Los diálogos repiten como el neón sus verdades definitivas.
Voz 1: Te amo.
Voz 4 (una joven): Debe ser terrible morir.
Voz 1: Hasta luego.
Voz 4 (una joven): Bebes demasiado.
Voz 1: ¿Qué son los amores infantiles?
Voz 4 (una joven): No te comprendo.
Voz 1: Lo sabía. En otra época lo lamentaba mucho.
Voz 4 (una joven): ¿Quieres una naranja?
Voz 1: Los hermosos desgarros de las islas volcánicas.
Voz 4 (una joven): Antiguamente.
Voz 1: No tengo nada más que decirte.
Voz 2: Tras todas las respuestas a contratiempo y la juventud que envejece, la noche vuelve a caer desde lo alto.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE TRES MINUTOS
Voz 2: Vivimos nuestras aventuras incompletas como niños perdidos.
LA PANTALLA NEGRA
SILENCIO DE VEINTICUATRO MINUTOS
Extraído desde: Archivo Situacionista