La ciencia nos impone verdades, dudosas la mayoría quizás tan o más que la concepción o institución misma de la verdad, una de esas tantas verdades es la de ubicar al ser humano en términos biológicos como un ser “social”, a partir de eso se constituyen principios, conductas e ideologías pre-concebidas e impuestas para todos, pero más allá de la discusión casi existencial que el cuestionamiento a lo primero pueda invitarnos, mi intención está en analizar una serie de problemáticas que la obligación por norma a socializar trae asociadas.