Sin duda el tema de la Educación es uno de los temas más escuchado por estos días y estos últimos años, es más hoy por hoy existen demandas, petitorios y propuestas para alcanzar una educación pública, laica y de calidad. Pero, ¿realmente nos hemos cuestionado que objetivo tiene esta institución?, ¿Que valores quiere perpetuar en la sociedad?, o un sinfín de otras interrogantes que nos ayudarían a comprender mejor la labor que cumple la escuela dentro de este sistema.
La educación a lo largo de la historia siempre ha sido considerada uno de los pilares fundamentales de toda sociedad y por tanto el poder, en su afán de perpetuarse, siempre ha deseado controlarla; una educación gestionada por el poder, es una educación al servicio del poder y del sistema imperante.
El poder nunca se tiraría piedras sobre su propio tejado, mientras la educación este en sus manos, ésta servirá a sus intereses y no será educación, será adoctrinamiento. Nunca fomentará el pensamiento crítico, ya que el poder y su legitimidad sería puesto en cuestión, como jamás fomentará la solidaridad, ya que haría fuertes a los débiles y jamás fomentará nuestra imaginación ya que podríamos imaginar otra sociedad alejada de sus cánones de jerarquía y obediencia. El poder enseña, sí, a ser sumisos, a obedecer y a no cuestionarnos esta realidad.
Si lo pensamos objetiva y críticamente llegaremos pronto a la conclusión que la escuela tiene demasiado parecido a una cárcel y que una sala de clases, más que un espacio de aprendizaje, es un lugar en el que absorbemos pasivamente las ideas que una persona nos entrega como una verdad inapelable, en donde se promueve un adoctrinamiento para el trabajo y la disciplina, olvidando el sentido social y el progreso en comunidad.
Por ello, considero una necesidad fundamental la de crear, organizar, autogestionar y construir nuestros propios espacios, desligándonos de toda institucionalidad y siendo un espacio autónomo, en el que primen otras formas y dinámicas de enseñanza y de aprendizaje, donde nadie sea más que el otro, sino que nos retroalimentemos mutuamente. Es así, como apuesto, quiero y creo en una educación distinta, en una educación libre, pero para ello debemos romper las relaciones entre los poderosos y la escuela, pudiendo así crear una educación encaminada a formar personas libres y críticas capaces de construir una sociedad radicalmente opuesta a la sociedad mercantil y autoritaria que padecemos. La única forma de que esto ocurra es autogestionando nuestros propios espacios de manera asamblearia y horizontal, eliminando cualquier tipo de autoridad y jerarquía dentro de ellos, fomentando así la participación en la toma de decisiones por parte de todos los y cada uno de los actores. Acá lo fundamental es que se cambien las lógicas de la educación, en donde sea esta una de las herramientas que priorice por la formación integral (teórico y practico), considerando las diferencias de cada niño(a) y también aspirando a la igualdad de oportunidades que permita el desarrollo de todas sus capacidades, en donde se deje de mirar la educación como un mecanismo de control y se mire como una forma de humanizar, construir hombres y mujeres nuevos.
La idea principal de la educación libertaria es que se rompa de una buena vez con los roles (profesores- alumnos), aquí cualquiera que quiera puede enseñar es un espacio para compartir más que nada conocimientos ya sea populares o teorices, dar un vuelco y que los que aprenden sepan qué sentido tiene, para qué sirve el nuevo aprendizaje, y que no memoricen por memorizar, romper con las jerarquías, el poder y la autoridad del que enseña. Que el que aprenda sea consciente de sí mismo, y que se vayan construyendo sobre los valores que nacen al ser uno; como el respeto, el apoyo, fraternidad, igualdad, justicia y fundamentalmente llegue a ser un individuo libre y autónomo.
Para mí la educación libertaria es un paso que apunta al fin que es la libertad, en donde nos veamos como hermanos y nos relacionemos más humanamente con el otro, en donde seamos seres autónomos que superemos las individualidades y exista un autoaprendizaje constante, no solo potenciando lo teórico, sino que otorgándole más importancia al ser y al sentir. Es así como otorgo la real necesidad a una educación libertaria porque busca como objetivo primordial la transformación radical y real de la sociedad, no por medio de simples “reformas” que al final hacen que cambie lo superficial pero lo verdaderamente importante sigue igual, sino con la verdadera acción diaria de que nosotros mismos lo podemos lograr.
Escrito por Árbol sin ramas, ni raíces.
Publicado en El Amanecer, nº9, Junio 2012
Muy buen artículo, quisiera saber que experiencias concretas existen de una educaciòn de este tipo? saludos
Muy buen artículo, quisiera saber que experiencias concretas existen de una educaciòn de este tipo? saludos