“Aquel que desea pero no obra, engendra la peste.”
William Blake (1757-1827)
No podemos andar esperando a que cambie sociedad para empezar a actuar, o tampoco ser una clase de “iluminados”, que cuya misión fuese evangelizar (concientizar) a las masas y esperar a que éstas hagan uso de su razón, para así, avanzar juntos hacia la tierra prometida. Creemos que, lo que nos diferencia a los de oprimidos que aman sus cadenas, es que luchamos, luchamos con los medios que nos sea posible para darles constantes golpes al enemigo y valernos de nuestra voluntad; y no esperar de ellos para empezar a actuar por el cambio de nuestras vidas, lo cierto es que: “el esperar sólo enseña a esperar”, y nosotros somos los que ya se cansaron de esperar el “gran día de revolución” y no estamos dispuestos a seguir aguantando más esta asquerosa situación sin hacer algo para acabar con ella.
Lo único que hay que procurar es hacer bien las cosas, aprender de las experiencias de otros compañeros y estar preparados para afrontar coherentemente las posibles consecuencias con las que el poder tratará de hacernos sucumbir a ellos.
Enviamos un fraterno abrazo a todos los compañeros que fueron capaces de enfrentarse sin miedo al enemigo y a los pacifistas, aunque ellos estén en la marcha no significa que ellos también sean compañeros, su método de lucha no viene a ser la nuestra. Que nuestro amor hacía la libertad no sean calmadas por pequeñas reformas de un gobierno de turno, que es la misma que mantiene a esta sociedad basada en autoridad y mercancía. ¡A canalizar el descontento y no dejar ni dejarnos arrastrar por el reformismo de muchos, hagamos lo propio, hagamos la guerra al poder en todas sus expresiones!
Nada nos importará más que nuestras ansias de libertad.
El tema no es qué se hace o se deja de hacer, sino la actitud con que se hacen las cosas. Las actividades se hacen para enriquecer la lucha, tienen que estar en confrontación con el poder, y no ser una alternativa a éste.
Escrito por Difusión Antiautoritaria-Ediciones (región peruana).
Publicado en El Amanecer, nº13, Octubre 2012
2 opiniones en “Las ramas de un mismo árbol, y nuestra inagotable lucha”