Entrevista al Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas

El grupo se formó hace cuatro años aproximadamente. Todos nos conocíamos hace años y en ese momento nos interesaba rastrear algunos puntos interesantes en la práctica mutualista en Chile. Eso nos llevó a formar un “grupo de estudios”, sin conocer muy bien qué significa esta denominación. A medida que pasó el tiempo y conocimos otras experiencias de grupos de estudios (sobre todo fuera de Chile), nos percatamos que es una práctica muy difícil de definir. A diferencia de lo que se cree, nosotros nunca nos hemos reunido a leer un texto de Bakunin para comentarlo, ni tampoco buscamos ser eruditos del anarquismo, ni nos dedicamos sólo a la recuperación histórica. La idea del estudio, o del pensamiento si así se quiere, es algo más amplio que leer o hacer biografías, pues las ideas se expresan de diferentes modos. De ahí que nuestro grupo de estudios esté conformado de proyectos que presentan las ideas anarquistas de distintos modos y en diversas disciplinas (desde ciencias naturales a la literatura social): el aspecto audiovisual, la edición de libros a través de la Editorial Eleuterio, la publicación de la Revista Erosión, las jornadas de estudio y trabajo que funcionan como espacios de encuentro. A final de cuentas, sólo insistimos en dos cosas: que pensamiento y acción son idénticos en el fondo para las y los anarquistas; y que es necesario ampliar los horizontes de la anarquía.

¿A vuestra opinión, cuáles han sido los momentos más complicados que vivió el anarquismo durante su historia en la región chilena?

No creemos que exista un momento de la historia que no sea complicado para el anarquismo. Por esencia, la lucha social contra el poder y el autoritarismo estatal, económico u otro, y su moral basada en el riesgo vital, en la vida que no vegeta, siempre lo han colocado en una posición de enfrentamiento. Es cierto que hay momentos en que la represión se acrecienta, enfocándose a los anarquistas (como puede ser el caso del proceso de los subversivos, en los años ’20, o la dictadura de Ibáñez, por dar unos pocos ejemplos), pero es más cierto aún que el único obstáculo en la lucha social somos nosotros mismos: la falta de una tradición anarquista, la carencia de un trabajo serio y constante, la ausencia de autoformación, son factores que nos señalan que actualmente cruzamos un momento complicado y que una posible conclusión es que hay mucho trabajo por hacer.

¿Existe algún autocritica que debiera hacer el movimiento anarquismo en base a sus errores históricos?

Tal vez sea un tanto complicado hablar de movimiento anarquista, pues esto implicaría una cierta organización que, debemos ser claros, todavía no hemos alcanzado. Sí podemos hablar de anarquistas. Por otra parte, ¿cuál es el propósito del anarquismo? Luchar incansablemente contra el Poder y la explotación del hombre y la tierra… frente a eso, cada individua/o y comunidad debe buscar su propio camino. Hablar de errores históricos tiene un sabor un tanto a materialismo histórico más que a crítica y construcción libertaria de la sociedad. Según nuestro parecer, identificar errores sería pensar que existe una determinada forma de hacer, un paradigma o programa específico que comúnmente resulta ser excluyente y autoritario, redactado por iluminados de la revolución.
Una posible autocrítica es la necesidad de la práctica, de poner en tensión nuestras ideas con la realidad, de llevar adelante proyectos comunitarios que tengan un sentido de desarrollo integral. La propaganda puede partir desde el ejemplo viviente, que demuestre que los hombres y mujeres pueden organizarse sin necesidad de la autoridad.

¿Qué opinión les merece el movimiento anarquista en la actualidad en la región chilena?

Insistimos en que el movimiento hace referencia –para nosotros- a una organización generalizada de anarquistas influyendo tanto cualitativa como cuantitativamente en la sociedad. Existen hoy grupos anarquistas, dentro de los cuales se sitúa el Grupo de Estudios Gómez Rojas, pero es necesario observar y evaluar qué tipo de influencia están entregando en sus comunidades y a las compañeras y compañeros libertarios. Del mismo modo, creemos que es necesario rescatar los trabajos que se mantienen en el tiempo, que poseen una convicción que les permite insistir en sus propósitos. A partir de eso, se podrá ir formando algo más concreto, pero se va a necesitar tiempo.

¿Cómo grupo, que expectativas a corto y largo plazo se proponen?

Actualmente estamos enfocados en la Editorial Eleuterio y en editar la Revista Erosión, así como promover y participar en jornadas y encuentros de estudio, reflexión y trabajo, que constituyan piedras basales, pues nos interesa superar la mera de cuestión de exponer sin proponer. A largo plazo, simplemente aspiramos a ver madurar la presencia anarquista en Chile, a superar ciertas discusiones superfluas y prácticas que poco aportan a la transformación social. Nuestro interés es aportar a este proceso. Ya veremos qué resulta.