Jueves 16 de julio de un soleado día de 1925. Enrique Barscoj esperaba pasajeros para su vehículo de alquiler, un reluciente Hudson con placa patente 2525, en el paradero de la Plaza de Armas cuando un individuo alto, grueso y de bigotes abundantes le solicitó sus servicios. La orden era dirigirse a calle San Diego y, desde allí, hasta la sucursal Matadero del Banco de Chile. Era el día de la santa patrona nacional: la Virgen del Carmen. El pasajero era absolutamente distinto a quienes trasladaba a diario: tenía un marcado acento español y actuaba con tranquilidad. Al llegar frente a la sucursal bancaria, se subieron al vehículo otros cuatro ocupantes, uno de ellos usaba bufanda granate y una gorra negra. Al cruzar la calle en dirección al banco, el español se colocó un antifaz negro de cuero y los demás desenfundaron armas cortas desde sus bolsillos. Se acercaba el momento. Esto ya lo habían hecho varias veces en distintas partes del mundo y no parecía ser diferente. Los cinco hombres presentaron sus pistolas. Estaban a punto de perpetrar el primer asalto a un banco en la historia de Chile. Continuar leyendo «Buenaventura Durruti, el autor del primer robo a un Banco en Chile»