Quiero entregarme sin perderme, quiero extrañarte sin destrozarme.
Escucharte sin silenciar mi voz, caminar contigo y caminar sin ti.
Quiero pedirte lo que necesito sin que se transforme en exigencia, chantajeo o soborno.
Quiero darte amor, caricias, besos, ternura, sin pasar la factura posterior.
Quiero vivir plenamente nuestros encuentros y comprender sabiamente nuestros desencuentros.
Quiero ser compañero, amante, amigo, sin ser la pareja simbiótica de la propiedad privada, de los modelos, de las ilusiones, de los engaños.
Quiero necesitarte porque me enriquezco con tu diferencia, sin que te transformes en mi bastón o salvavidas.
Quiero esperarte sin desesperarme.
Quiero valorar cada momento vivido junt@s, momentos únicos, como vos única, y yo único, estar abierto a nuevos momentos, sorprenderme, sin cerramientos y películas previas.
Quiero amarte y disentir amorosamente, no temer el no y el basta a lo que me moleste. poder escuchar lo que sentís, poder expresarte lo que siento.
Hacerme responsable de mi vida sin cargarte con mis frustraciones, desearte por lo que sos y no por lo que me falta.
Única vos, único yo, único amor.
Escrito por Raquel E. Disenfeld.
Extraído de la publicación «El Único».
ENGRANDESEDOR DE CONSIENCIAS
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¡Qué hermoso!
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Muy bueno.
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