Quiero entregarme sin perderme, quiero extrañarte sin destrozarme.
Escucharte sin silenciar mi voz, caminar contigo y caminar sin ti.
Quiero pedirte lo que necesito sin que se transforme en exigencia, chantajeo o soborno.
Quiero darte amor, caricias, besos, ternura, sin pasar la factura posterior.
Quiero vivir plenamente nuestros encuentros y comprender sabiamente nuestros desencuentros. Continuar leyendo «Para ser Dos, hay que ser Uno»