by orlando plath
El virus, covid-19, el coronavirus le cayo como anillo al dedo al orden de los estados en tiempos donde la revuelta era internacionalista desde América, Europa hasta Asia donde casualmente se origino la pandemia, teorías sobre su origen hay muchas, posiblemente nunca tengamos la certeza de nada, lo que si sabemos son los efectos sociales y económicos que ha provocado en el mundo. Las clases inevitablemente se agudizarán, la precariedad de la salud en los países latinoamericanos sobre todo en aquellos en extremo neoliberal se notará aún más y nuevamente morirán los de siempre, la clase oprimida, los pobres. Continuar leyendo «COVID-19: Cuarentena total y cortina de humo. Cuidémonos mutuamente (aporte)»
Compartimos, pero creemos también que de nada sirve sino al contrario, el espectáculo comunicacional que se ha realizado en torno a la pandemia, claramente direccionados a generar individualismo, estrategia conocida a través de los medios mercenarios. Lo cierto y que sabemos es: las clases se van agudizar cada vez más, la salud desde siempre precaria traerá muerte y miseria contra la nuestra, entonces es fundamental dado que el capital no baja sus ganancias ni libera sus recursos necesarios, organizarse en pos de la expropiación, solidaridad ante todo. Cuidarnos y alejar a la policía. Salud
Cuestionar el peligro del coronavirus es claramente absurdo. Por otra parte, ¿no es igual de absurdo que una perturbación del curso habitual de las enfermedades sea objeto de tal explotación emocional y despierte la arrogante incompetencia que una vez barrió la nube de Chernóbil de Francia? Por supuesto, sabemos con qué facilidad el espectro del apocalipsis sale de su caja para apoderarse del primer cataclismo que se produce, para retocar el imaginario del diluvio universal y para hundir la reja de la culpabilidad en el suelo estéril de Sodoma y Gomorra.
El escenario mundial es «apocalíptico», o eso dicen con fuerza, lo cierto es que la pandemia COVID-19 ha significado en la era del capitalismo ha producido un quiebre a gran escala en las subjetividades, sensibilidades y salud de las personas. Sin duda los estados han sacado su propio provechado de la emergencia sanitaria, a través de una estrategia parecida a la que es