Kim ki-duk tiene algunas particulares de las que es necesario estar enterado antes de ver una película como “Hierro 3”, a la que muchos consideran su obra maestra. Por un lado, es cine poético, y probablemente el director sea uno de los mejores poetas del cine contemporáneo. Plagado de metáforas que hablan y gritan por sí solas, es un estilo que se toma su tiempo para contar situaciones utilizando no demasiadas palabras. Por otro lado, el objetivo del director es acercarnos historias insólitas y convertirlas en algo creíble a los ojos del espectador universal promedio. Por lo tanto, es muy posible que no podamos creer nada de lo que vemos en la introducción, que nos parezca absurdo, pero en la resolución acabamos justificando algunas reacciones extrañas. Este gran drama romántico no se escapa de estas dos cláusulas que escoltan el siempre interesante cine del director coreano, responsable de otras grandes obras como “Primavera, verano, otoño, invierno y otra vez primavera”, “Aliento” y “El tiempo”.