¿En verdad nos gusta el camino que ha tomado la humanidad? ¿o la realidad es que preferiríamos vivir bajo otros principios y leyes? Parte de nuestra atención la mayoría del tiempo está en pensamientos y conductas que en lugar de beneficiarnos nos perjudican. ¿Cómo es posible que si nos hemos dado cuenta de ello, así como los conflictos que causan entre nosotros el poder, el dinero, el autoritarismo, el rechazo social, la falta de tolerancia o el respeto, sigamos caminando por el mismo camino?
El director coreano Hae-jun Lee en su película Náufrago en la Luna dialoga de una manera profunda y divertida con el espectador llegando a su lado obscuro y a su lado de luz. Hae-jun expone problemáticas que enfrentamos los humanos el día de hoy como son el estrés laboral, los problemas monetarios, la pérdida de la conexión con la naturaleza, las relaciones humanas y el placer de disfrutar las cosas por su belleza natural. La historia comienza cuando un hombre decide suicidarse aventándose de un puente hacia un río, al fallar en el intento queda atrapado en una isla en medio de una megápolis, convirtiéndolo en un náufrago.
A través de una serie de eventos inesperados el personaje principal re descubre el valor de la vida experimentando todo tipo de contratiempos que en nuestra cotidianidad jamás enfrentamos. Paralelo a esto surge un personaje, también náufrago, que lo observa desde un departamento en la megápolis. La interacción que se genera entre ambos personajes es fundamental para la historia, que una vez que llega a su fin nos deja pensativos y con un mensaje que nos recuerda lo importante que es vivir la vida.
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