Desde que estalló la revuelta proletaria la tarde del 18 de octubre la represión a la que han hecho frente lxs rebeldes ha sido brutal: se cuentan al menos 26 muertxs –aún no hay cifra oficial, pero hay otros reportes que contabilizan 32-, casi 350 personas han sufrido daños oculares o mutilaciones, muchxs detenidxs han sido torturadxs, violadxs y abusados sexualmente, lxs heridxs se cuentan por miles, al igual que lxs detenidxs en las diversas manifestaciones por toda la región chilena. Del total de compañerxs que han sido arrestadxs cerca de 2000 se encuentran en prisión preventiva –y la cifra sigue aumentando-. La gran mayoría de ellxs son proletarixs que por primera vez se encontraban en la calle combatiendo a las fuerzas represivas, expropiando colectivamente mercancías, marchando o participando de otro tipo de acto de protesta: ¡no podemos dejarlxs abandonadxs a su suerte en las cárceles!
Por otra parte, a pesar del traspié que sufrió la mal llamada “ley antisaqueos” en el Parlamento, paquete represivo que buscada criminalizar la protesta con 5 años de prisión por lanzar una piedra, realizar tomas o bloquear calles con barricadas, es indudable que el Estado/Capital, más temprano que tarde, hará todo lo posible por endurecer aún más las leyes que defienden su existencia. El decreto ley retroactivo 321 que aumenta los requisitos para optar a la libertad condicional, implementado durante el año 2019, es un claro ejemplo de esta tendencia.
Para hacer frente a esta realidad represiva se han levantado diversas iniciativas colectivas autoorganizadas que buscan agitar y luchar por la libertad de quienes han sido privados de libertad a la espera de un juicio, ejemplo de ello son la “Coordinadora por la Libertad de lxs Prisionerxs Políticxs 18 de octubre” en Santiago, o el “Colectivo no más Presxs por Luchar” de la VII Región. Conformar espacios similares en cada ciudad y generar una coordinación a nivel “nacional”, realizar catastros actualizados de lxs detenidxs, gestionar acopio para las encomiendas de lxs presxs, facilitar apoyo económico, jurídico y contención emocional a lxs familiares, son algunas de las tareas inmediatas que debe resolver la comunidad de lucha de manera urgente. Las minorías revolucionarias que participan de la revuelta, entre los múltiples objetivos que deben desarrollar, se encuentra promover que la solidaridad con lxs presxs sea apropiada como una reivindicación de los órganos de los cuales se ha dotado el movimiento: las asambleas territoriales.
Rescatar de las cárceles a centenares de proletarixs depende en gran parte de la presión que podamos ejercer como clase. Hoy cuando las calles aún se encuentran copadas con manifestaciones, informar, agitar y reivindicar la libertad de lxs presxs de la revuelta debe ser prioritario.
¡Nuestra pasión por la libertad es más fuerte que los muros de sus prisiones!
¡Que la solidaridad proletaria les haga temblar!