Entender la solidaridad antiautoritaria como una relación que involucra como actores principales a lxs presxs y a los entornos activos en la calle, es entender que es indispensable luchar dentro de la cárcel, de lo contrario la práctica solidaria se transforma en asistencialismo y caridad, siendo lx/el presx unx mero receptor pasivo de los apoyos que puedan llegar de afuera no incorporándose ni aportando a las iniciativas de confrontación. Resulta necesario que la consigna “Con la cárcel nada termina” se lleve a la práctica utilizando todos los medios que se dispongan, los cuales, aunque sean escasos, pueden ser sumamente eficaces. Así lo han demostrado las diversas luchas en la larga y rica historia de la prisión política, caracterizadas por la disposición y la decisión de lxs presxs de llegar hasta las últimas consecuencias para lograr propósitos trazados. Dentro de la cárcel cada minuto de patio, cada libro que ingresa, cada artículo que se permite tener en la celda o cada espacio de autonomía y desarrollo individual por más mínimo que sea se ha logrado a través de la lucha, nada es gratis; basta con hacer memoria o con investigar de qué manera gendarmería ha accedido, por ejemplo, a más horas de desencierro en la cárcel de máxima seguridad o a la inexistencia de locutorios en el C.A.S, para darse cuenta de eso.
La movilización activa al interior de la prisión ha conseguido también importantes triunfos en lo que respecta al regreso de lxs presxs a la calle, doblándole la mano a las leyes, y logrando ejercer una presión efectiva al Estado, que en varios momentos se ha visto obligado a sentarse a conversar y dar solución a las exigencias. Continuar leyendo «Sobre la necesaria sintonía entre la calle y la cárcel. Comunicado de Mónica y Francisco en prisión»
Que cada metrópoli cumpla con todos los criterios de un panóptico, bueno, eso no sería nada nuevo. Es sólo una cuestión de qué ciudad tiene una mayor densidad de tecnología de vigilancia disponible y cuán intensamente se utiliza.
Desde que estalló la revuelta proletaria la tarde del 18 de octubre la represión a la que han hecho frente lxs rebeldes ha sido brutal: se cuentan al menos 26 muertxs –aún no hay cifra oficial, pero hay otros reportes que contabilizan 32-, casi 350 personas han sufrido daños oculares o mutilaciones, muchxs detenidxs han sido torturadxs, violadxs y abusados sexualmente, lxs heridxs se cuentan por miles, al igual que lxs detenidxs en las diversas manifestaciones por toda la región chilena. Del total de compañerxs que han sido arrestadxs cerca de 2000 se encuentran en prisión preventiva –y la cifra sigue aumentando-. La gran mayoría de ellxs son proletarixs que por primera vez se encontraban en la calle combatiendo a las fuerzas represivas, expropiando colectivamente mercancías, marchando o participando de otro tipo de acto de protesta: ¡no podemos dejarlxs abandonadxs a su suerte en las cárceles!
«Una cuestión de construir las condiciones en las que una ofensiva pueda alimentarse sin extinguirse, estableciendo las solidaridades materiales que nos permitan aguantar.»
Quienes han estado detenidxs en las comisarías saben que ahí los esbirros son dueños y pueden abusar a su antojo. En el contexto de revuelta que vivimos a lo largo de todo el territorio es fundamental potenciar la solidaridad más allá de las palabras, de los escritos en internet, transmutarla en actos. Que nuestrxs compañerxs nunca estén solxs.