La Depresión como patología construida para el soporte de la Norma, parte 1

depresion_van_goghComo dice una amiga: “El saber medico hegemónico es la columna vertebral de la subjetividad dominante.”

Antes que todo, parece necesario aclararle al lector que no negaré bajo ninguna circunstancia un sufrimiento evidente en la subjetividad colectiva, si quisiera analizar esto insistiría en poner en cuestionamiento el estado de las cosas y las condiciones sociales que van produciendo miserias subjetivas y destruyendo las potencias de vitalidad humana. Pero lo que voy a cuestionar es la labor no inocente de la psiquiatría en objetivar el sufrimiento subjetivo y transformarlo en “enfermedad”, eh ahí cuando nos llaman a hablar de la familia de las depresiones.

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Y bien, ¡la guerra!, Tiqqun

G208En todo hay que comenzar por los principios. La acción justa se sigue de ellos.
Cuando una civilización está arruinada, tiene que irse a la quiebra. No se hace la limpieza en una casa que se derrumba.
Las metas no hacen falta, el nihilismo no es nada. Los medios están fuera de duda, la impotencia no tiene excusa. El valor de los medios se relaciona con su fin.
Todo lo que es, es bueno. El mundo de las quelipot, el Espectáculo, es completamente malo. El mal no es una sustancia, si lo fuera sería bueno. El misterio de la efectividad del mal se resuelve en que el mal no es, en que es una nada activa.
El mal es aquello que no se distingue del bien. La indistinción es su reino, la indiferencia su poder. Los hombres no aman el mal, aman el bien que hay en él.
En el Tiqqun, el ser regresa al ser, la nada a la nada. El cumplimiento de la Justicia es su propia abolición. Continuar leyendo «Y bien, ¡la guerra!, Tiqqun»

Panoptismo y relaciones sociales. “Socializas siendo vigilado/vigilante”

panoptismo

“el panóptico (…) debe ser comprendido como un modelo generalizable de comportamiento; una manera de definir las relaciones de poder en la vida cotidiana de los hombres”.
Michel Foucault, Vigilar y Castigar (1980)

Posiblemente sí nos asociamos al concepto de “Panoptismo” de inmediato deberíamos hablar de lo que desde fines del siglo XVIII fue la estructura de arquitectura carcelaria más revolucionaria de la época; era el Panóptico, diseño y propuesta del inglés Jeremy Benthan. El Panóptico -diría después Michel Foucault- “era un sitio en forma de anillo en medio del cual había un patio con una torre en el centro. El anillo estaba dividido en pequeñas celdas que daban al interior y al exterior y en cada una de esas pequeñas celdas había, según los objetivos de la institución, un niño aprendiendo a escribir, un obrero trabajando, un prisionero expiando sus culpas, un loco actualizando su locura, etc. En la torre central había un vigilante y como cada celda daba al mismo tiempo al exterior y al interior, la mirada del vigilante podía atravesar toda la celda; en ella no había ningún punto de sombra y, por consiguiente, todo lo que el individuo hacía estaba expuesto a la mirada de un vigilante que observaba a través de persianas, postigos semicerrados, de tal modo que podía ver todo sin que nadie, a su vez, pudiera verlo. Para Bentham, esta pequeña y maravillosa argucia arquitectónica podía ser empleada como recurso para toda una serie de instituciones. El Panóptico es la utopía de una sociedad y un tipo de poder que es, en el fondo la sociedad que actualmente conocemos, utopía que efectivamente se realizó. Este tipo de poder bien puede recibir el nombre de panoptismo: vivimos en una sociedad en la que reina el panoptismo.”(1) Continuar leyendo «Panoptismo y relaciones sociales. “Socializas siendo vigilado/vigilante”»

Panegírico, por Guy Debord

guy-etienne«La versión original de este documento fue publicada en francés por Gallimard en 1993. Los extractos recopilados en este documento corresponden a la traducción castellana de Tomás González López y Amador Fernández-Savater: Panegírico, Madrid, Acuarela Libros, 1999, acuarela@get.es»

En toda mi vida, no he visto más que tiempos de desorden, desgarros extremos en la sociedad e inmensas destrucciones; yo he participado en esos desórdenes. Tales circunstancias bastarían si duda para impedir que el más transparente de mis actos o de mis juicios obtuviera alguna vez aprobación universal. Pero muchos de ellos, así lo creo yo, pueden haber sido mal comprendidos. [I]

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La tiranía sanitaria y el fumador. «Cuando se persigue al insano público a través de instituciones disciplinarias»

«1. La enfermedad es un lenguaje
2. El cuerpo es una representación
3. La medicina es una práctica política»
Bryan S. Turner.

Sí bien todos los procesos jurídicos persiguen un fin correctivo normalizador y son previamente direccionados por determinadas instituciones médicas y a veces morales, por ahora dada la contingencia mediática solo estableceré de manera breve la relación entre el conocido discurso sanitario-colectivo antitabaco con lo que he llamado la tiranía sanitaria, no antes aclarando que no trato de hacer apología alguna al fumador, sino simplemente lo utilizo como significante del «insano» público por estos días.

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La pedofilia y la norma. Su significante y desarrollo mediático asociado

¿Bajo qué aspectos nos parece la pedofilia –patología- algo despreciable?, a partir de esa interrogante me propongo introducir a la reflexión crítica de a continuación. Posiblemente la figura del pedófilo sea en la sociedad contemporánea la del sujeto de mayor repudio colectivo por convención, más allá de que existan miradas disidentes –a las cuales me sumo- que traten de explicar la pedofilia a partir de condiciones sociales previas, apelando a la violación –en la mayoría de los casos- del pedófilo en la infancia, entre otras experiencias de vida que tengan que ver en la pre-fabricación de esté mismo. Lo que quiero no es presentar un análisis explicativo de la pedofilia, sino entender su significante para la sociedad y bajo qué aspectos morales y de sensibilidad nos parece sinónimo de lo repudiable y perverso. No quiero que lo siguiente sirva para ser interpretado como una justificación de agente de la dominación sexual que ejerce poder sobre el niño violado, en este caso el pedófilo o el pederasta, sino simplemente como un análisis de la pedofilia a partir de su significante.

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El suicidio y su significante política

sui “No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía. El resto, si el mundo tiene tres dimensiones, si las categorías del espíritu son nueve o doce, viene después. Se trata de juegos; primero hay que responder.(…) Si me pregunto por qué juzgo tal cuestión más urgente que tal otra, respondo que por las acciones a las que compromete. Nunca he visto a nadie morir por el argumento ontológico. Galileo, en posesión de una importante verdad científica, abjuró de ella con toda tranquilidad cuando puso su vida en peligro. En cierto sentido, hizo bien. Aquella verdad no valía la hoguera. Es profundamente indiferente saber cuál de los dos, la tierra o el sol, gira alrededor del otro. Para decirlo todo, es una futilidad. En cambio veo que mucha gente muere porque considera que la vida no merece la pena de ser vivida. Veo a otros que se dejan matar, paradójicamente, por las ideas o ilusiones que les dan una razón de vivir (lo que llamamos una razón de vivir es al mismo tiempo una excelente razón de morir). Juzgo, pues que el sentido de la vida es la más apremiante de las cuestiones”

Albert Camus(1).

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Suicidio en el «Costanera Center». Acto político y espectáculo asociado

sui“Evidentemente, toda vida es un proceso de demolición”

Fitzgerald, (Deleuze, Lógica del sentido)

La noticia del día sería, joven de 26 años se lanza del piso 27 del centro comercial santiaguino «Costanera Center» –corazón del mercado capitalista en Chile- frente a cientos de consumidores que detuvieron sus compras expectantes a la figura del suicida en las alturas del imponente edificio esperando ver –y grabar por supuesto- su cometido, y esto no sería el primer caso de iguales características asociado a dicho centro comercial, posiblemente en lo especifico; un simbolismo. A partir de lo sucedido se hace necesario hacer una serie de análisis en torno al significado cultural y político del fenómeno del suicidio en la sociedad contemporánea, no queriendo por ahora analizar las causales hipotéticas especificas o generales de suicidarse como consecuencia al status quo, sino haciendo énfasis en su significante política y entendimiento social asociado al momento histórico en el que se ejerce el acto. Continuar leyendo «Suicidio en el «Costanera Center». Acto político y espectáculo asociado»

El sexo como obligación social. La supuesta libertad sexual y la norma

s«La sexualidad es como las lenguas. Todos podemos aprender varias.»

Beatriz Preciado.

A partir del siglo XIX se vendrían construyendo una serie de retoricas teóricas que derivarían en la hipótesis represiva del sexo, como respuesta a ello Michel Foucault sería antagonista desclasificando desde una perspectiva histórica el origen falaz de dicho postulado, analizaría el desarrollo no represor de la sexualidad(1). El filósofo francés nos diría que solo a partir del siglo XVII el sexo sería silenciado –no quiere decir reprimido- y homogeneizado a la regulación de dispositivos sexuales direccionados por la norma, funcionará entonces por normalización y no por prohibición o represión.

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Obligación a socializar por norma. «La patologización del sujeto asocial es política»

0021_Sleepless-days_2009_H-copyLa ciencia nos impone verdades, dudosas la mayoría quizás tan o más que la concepción o institución misma de la verdad, una de esas tantas verdades es la de ubicar al ser humano en términos biológicos como un ser “social”, a partir de eso se constituyen principios, conductas e ideologías pre-concebidas e impuestas para todos, pero más allá de la discusión casi existencial que el cuestionamiento a lo primero pueda invitarnos, mi intención está en analizar una serie de problemáticas que la obligación por norma a socializar trae asociadas.

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