No tengo conciencia de mi muerte porque de tanto verla dejé de creer en ella. Lo seguro es que en algún momento me extinguí como todos mis hermanos. No me vi tumbado ni en una montaña ni en una calle, no caí gritando consignas ni acerando un compromiso. Tal vez solo fui el sueño de alguien o el presentimiento de un perro.
Pude haber sido cualquier cosa, sin embargo viví lo más asombroso de la vida y esto es saberse vivo en cualquier sitio…” Continuar leyendo «Cuando los animales deciden rugir juntos. En memoria del Punki Mauri»