Ustedes han trabajado. Ustedes han sido engañados. No es tan grave. Una segunda oportunidad se les presenta. Hoy se manifiestan para conservar su jubilación a los sesenta años. Quisieran no continuar trabajando. Sin embargo, ya han trabajado. Han esperado a que tal cosa se acabara. Finalmente, se acabó. Y con ello, ustedes mismos.
Si ustedes tienen hoy cerca de sesenta años, en el 68 tuvieron unos veinte. Lo vieron, supieron que otros mundos eran posibles, distintos a éste que fue edificado con su participación. Pero lo olvidaron, han fingido que lo olvidaron. Ustedes han hecho como si trabajar fuera digno, soportable, interesante o simplemente humano. Las generaciones que les han seguido han imitado su resignación, y más grotescamente: su entusiasmo.
Una segunda oportunidad les es ofrecida. Ustedes saben en carne propia que no quieren seguir trabajando. Que a final de cuentas no han trabajado sino bajo obligación, y que ustedes se han creado, como ciertas, las ilusiones necesarias. Dejen sus ilusiones atrás, en caso de que las tuvieran. Aún hay tiempo. Tienen los medios para hacerlo. A sus sesenta años, ustedes no están completamente agotados. El gobierno y la dominación han desarrollado un cierto terror hacia esto. Ellos querrían que ustedes volvieran a trabajar por cinco años más, que ustedes quedaran realmente vacíos. Antes de arrojarlos a la naturaleza. Continuar leyendo «NUNCA SE ES DEMASIADO VIEJO PARA DESERTAR»